Arguamul forma parte del
municipio de Vallehermoso en la isla de la Gomera.
El
caserío de Arguamul fue hasta finales del siglo XVIII una de las
zonas mas prosperas del municipio de Vallehermoso, todos los
pequeños pueblos de la zona se dedicaban principalmente al cultivo
del grano. Después también fue importante por la exportación de
tomates que los embarcaban directamente desde Las Salinas al lado de
los Organos.
No
destaca por edificaciones individuales si no por la singularidad de
los conjuntos y el gran valor estético que conservan basados en la
arquitectura popular de La Gomera. Así podemos encontrar lagares
comunales y antiguos hornos de teja.
La Gomera ha sido testigo de
una historia apasionante. Conocida por los fenicios y otros pueblos
de la antigüedad, fue citada por autores clásicos como Plinio y
Ptolomeo, quien la llamó Junonia Minor. El nacimiento de su nombre
está envuelto en la legendaria llegada a la isla de las primeras
comunidades norteafricanas, los Ghomara. 20 siglos de historia
envuelven a estos pueblos bereberes, hasta que en el siglo XV llegan
al escenario isleño los europeos, que acabarían por someter la isla
al poder señorial. . Hay muchas teorías sobre la procedencia del
nombre "Gomera". La teoría más avalada es que el nombre Gomera está
relacionado con las tribus de igual nombre en el norte de Marruecos
(en castellano tenemos Peñón de Velez de La Gomera y otros). Estas
tribus son agrícolas y desconocen la navegación igual que los
oriundos de la isla canaria del mismo nombre, con lo cuál se piensa
que pudieron ser llevados en su día por algún pueblo de navegantes.
La isla estaba poblada por los gomeros o gomeritas, indígenas de la
isla. De ellos se conservan varias tradiciones, pero la más famosa
es el lenguaje de los silbos (o silbo gomero), una forma de
comunicación para superar las limitaciones de la accidentada
orografía
La Gomera está hecha para el
caminante. Para quien quiera perderse por sus frondosos bosques, por
sus imponentes barrancos, por sus verdes valles. Para quien quiera
descubrir, paso a paso, un paisaje excepcional, propio de otros
tiempos.
Un paisaje esculpido a golpe de mar, con sus profundos acantilados,
o envejecido por el paso de los siglos, como el Parque Nacional de
Garajonay. Vestigio de la Era Terciaria, nada menos, Garajonay es un
bosque donde encontrarse con la historia del mundo. Una vegetación
prehistórica, regada por el agua de sus muchos manantiales , espera
al viajero que se adentre por sus mágicas entrañas. Declarado por la
Unesco Patrimonio de la Humanidad, cualquier ruta es buena para
conocer los atractivos de este Parque Nacional.
Pero hay más. En la isla, auténtico paraíso para el visitante que
busca la paz y el sosiego de sus vacaciones, abundan senderos y
caminos que le transportan, a través de su intrincada orografía, por
sus caseríos, sus barranqueras o sus bancales agrarios, fruto del
noble esfuerzo de los gomeros. Valles cubiertos de palmeras que
abrazan pequeñas y sugerentes playas o la estampa inverosímil del
Teide, majestuoso allá en la vecina isla de Tenerife, pueden ser la
culminación perfecta de una excursión inolvidable. Y es que la Isla
Mágica, tal como es conocida la Gomera, con su naturaleza abrupta
pero serena, salvaje pero apacible, está llena de tesoros
sorprendentes para el forastero.
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